En comparación con otros países
sudamericanos, Chile tiene una población relativamente homogénea. Los primeros
colonizadores españoles se mezclaron con los indígenas, entre los que
predominaban los araucanos; el mestizaje de ambos pueblos constituye más del
92% de la población. La inmigración europea no fue en Chile tan importante como
en otros países de América, ya que apenas se promovió en el siglo XIX. Sin
embargo, los inmigrantes alemanes han representado una importante influencia en
la región de Valdivia-Puerto Montt; también Italia, Suiza, Reino Unido,
Yugoslavia y Francia han hecho importantes aportaciones a la población. En la
actualidad, menos del 2% de los habitantes son de origen europeo y solo el 5%
es indígena, en su mayoría araucanos mapuches (algo más de 600.000 en 2002),
concentrados principalmente en la zona meridional de La Araucanía y la Región
Metropolitana.
La población de Chile (según
estimaciones para 2013) era de 16.432.536 habitantes, con una densidad
demográfica cercana a los 22 hab/km². El 90% de la población reside en la
región central. La tasa de natalidad es de 14,80 nacimientos por cada 1.000
habitantes. El 88% de los chilenos reside en núcleos urbanos y más de una
tercera parte se concentra en la ciudad de Santiago. Las comunidades del sur y
del desierto septentrional están bastante aisladas y separadas por largos
espacios prácticamente deshabitados.
¿Cómo son los chilenos?
Pablo Huneeus: "Un
porcentaje importante asume que los chilenos son ambiciosos, fiesteros y
derrochadores (...) Hay otros que están más individualistas y competitivos que
antes".
Mónica Toro: "Lo positivo es
que hoy las personas se atreven a expresar sus aspiraciones de manera más
clara. Incluso, en la forma de relacionarse afectiva y sexualmente".
Pablo Huneeus: "Hay chilenos
valientes, sufridos y sacrificados, así como hay flojos, cómodos e
irresponsables".
María Martínez Tobar
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