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miércoles, 20 de noviembre de 2013

El terremoto de la piojera, de allá para acá. Diferentes formas de hablar el español.

No te queremos vender pomada (frase local que equivale a convencer) pero estos son los motivos por los cuales alguna vez en tu vida, has de visitar este local. No seas perno (tonto).
Te hablaré de uno los lugares más importantes del patrimonio cultural de Santiago “La Piojera” que se  encuentra en la calle Aillavillu en la región Metropolitana de Santiago. Un lugar para amenizar con copa en mano, donde es famoso el clásico “terremoto de la piojera”.

El modo de hacerlo activo el conocido “terremoto”, como bien dicen allá (término que acá en España entenderíamos como modo de elaboración) consiste en la mezcla de helado de piña, pipeño (vino de corta fermentación de color marrón) y  ferné (tipo de bebida alcohólica amarga que combina diferentes hierbas que son maceradas en alcohol de uva).  “La Piojera” cautiva por su ambiente y tras una visita los hay quienes vuelven a sus casas raja (ebrio).
“La Piojera” a la que algunos definen como “el lugar más niche del mundo” (algo así como el extraordinario) nació hace más de un siglo bajo el nombre “Restaurante Santiago Antiguo”. Es una picada (local donde se puede degustar gastronomía típica del país). Símbolo de la cultura guachaca, entendida esta como la cultura popular urbana de Chile.
Es curiosa la historia de la denominación de este bar como “La piojera”. En un primer momento fue tan solo apodo y más tarde llego a convertirse en su nombre oficial. Cuentan como 1922, el presidente de la República Arturo Alessandri Palma fue invitado por unos amigos a tomarse unos tragos, tras su llegada observó un ambiente proletario, paupérrimo, picle (vulgar) y exclamó “¿Y a esta piojera, me han traído?”. Desde entonces tomó ese nombre.
Son muchas los famosos que han alternado en este local entre ellos figuran Manu Chao, Celia Cruz, Felipe de Borbón…ninguno de ellos quiso perderse las cuecas y tonadas que resuenan de lunes a sábados entre sus muros de adobe. “La gente anda contenta, piden y piden canciones. Podemos cantar más de cien al día, la mitad son cuecas”, explica un músico del bar.
Es un lugar peculiar donde no existe carta de precios, la organización quiere que la gente cuando venga observe que se trata de un local es bueno, bonito y barato, y eso de da una mística especial que se transmite al público que visita el local. La tolerancia y la democracia son unos valores inquebrantables.

Para quien quiera obtener más información de esta picada aquí les dejo su link: http://www.lapiojera.cl/ 
María Martínez Tobar.

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